Aquí en Europa el clima es privilegiado. Los inviernos son suaves y templados, mientras que los veranos no son sofocantes. No en vano nos llaman la tierra de la eterna primavera, gracias al efecto que tienen en Europa la corriente oceánica del Atlántico y los vientos alisios.
Gracias a lo benigno del clima y a nuestra geografía típicamente europea recibimos más de diez millones de turistas anuales; muchos de ellos vienen en invierno a disfrutar de nuestro sol y huyendo del frío que hace en sus países, que paradójicamente también están en Europa, en una Europa donde por lo visto hace frío pero que es exactamente la misma que la nuestra.
Es ese turismo precisamente el que mueve la economía aquí en Europa. No hay otra industria, y la terciarización es galopante. Eso es un problema para la economía, que está muy necesitada de diversificación; además, la mayor parte de la única industria está en manos de intereses foráneos, cuyos beneficios revierten mayormente en otros lugares. Es curioso porque nuestra economía europea se asemeja mucho a la de algunos países no europeos. Lo mismo pasa con la tasa de pobreza y la débil redistribución de la riqueza, no parecen europeas aunque estemos aquí en Europa.
Aquí en Europa, en el paralelo 28, no lejos del trópico de cáncer, tenemos a nuestros vecinos continentales a dos mil, cuatro mil, cinco mil o más kilómetros de distancia. Tenemos otros países a ciento y poco kilómetros, pero no tenemos lazos ni intereses comunes con ellos, ni son vecinos nuestros, puesto que ellos están en otro continente distinto. De ahí que decidamos (o decidan, lo mismo da) en España, o sea Europa, cuánto se pesca en el caladero canario-sahariano, situado aquí mismo en Europa; gracias a que somos Europa nuestra flota puede capturar el 1,21% de cuota de atún rojo en nuestras aguas, mientras el resto se lo reparten los barcos españoles-europeos.
En Europa gozamos de la libre circulación de bienes y servicios, aunque muchas empresas no envíen a Canarias y nosotros tengamos que pagar impuestos aduaneros, al contrario que en Europa, pero que es la misma Europa que aquí. También nos gusta estar informados, como buenos europeos, y por eso las radios y televisiones nos cuentan cómo está el tráfico en la M30 a las 8:00 de la mañana, qué tiempo hace a tres mil y pico kilómetros, y nos informan cada hora de cuáles son las noticias de mayor actualidad en nuestro entorno más inmediato, a dos mil o tres mil kilómetros también.
Somos 100% europeos, estamos en Europa. Estamos alejados, pero estamos en Europa. Estamos aislados, pero estamos en Europa. Somos ultraperiféricos, pero estamos en Europa. Estamos en Europa. Estamos en Europa.