Un Club La Provincia abarrotado acogió anoche la primera presentación del libro «De un tiempo, de un país», editado por la Fundación Tamaimos y que inaugura la Colección Alongues. Un nutrido grupo de personas que completaban la sala, quisieron agasajar a Juan García Luján en la presentación de su primera obra en papel en su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canaria. Muchas personas tuvieron que seguir el evento de pie o en los pasillos, ya que la totalidad de los asientos estaban ocupados.
El acto lo abrió Iván Vega, vicepresidente de la Fundación Tamaimos que recordó que aunque el núcleo fundador del proyecto esté fuera de las islas, el objetivo de Tamaimos es incidir en el Archipiélago. Vega citó entre los objetivos de la Fundación «generar un debate realista sobre Canarias, que vaya en contra del escepticismo». Remató su intervención concluyendo que «un pueblo que no se conoce, no sabe qué le conviene».
El autor, Juan García Luján, comenzó dando las gracias a la Fundación Tamaimos. Sobre el libro, afirmó que se trata de una obra «plural» que pretende «ahondar en temas importantes con personas que tienen una visión centrada de Canarias y no caer en la cultura actual del Twitter y los debates televisivos, en los que no se profundiza». La justificación de la obra es, para el autor, «desterrar la frustración de muchos canarios que poseen el complejo del colonizado» y por eso la portada con el pinar con niebla, una alegoría de la conciencia neblinada a la que se refería Manuel Alemán.
Yeray Rodríguez deleitó a los asistentes recitando su poema «Yo vivo en un país…». Explicó que compuso estos versos «por amor al Archipiélago». Prosiguió con la misma letra convertida en «Yo vivo en un país apasionante», que concluyó diciendo que Canarias conoce respuestas «si Juan Luján es quien hace las preguntas». En un plano más académico, se refirió a la Universidad indicando que debería «priorizar la utilidad a la rentabilidad». En cuanto a la portada del libro, comentó que quien mira ese pinar con niebla sabe que tras la neblina están los pinos, aunque no los vea. Terminó con la siguiente sentencia: «llevamos toda la vida mirando los pinos con ojos prestados, es hora de verlos con nuestros propios ojos».
Koldobi Velasco intervino en cuarto lugar. Velasco aseguró que «otra Canarias es posible si acabamos con el sistema capitalista y patriarcal». Recordó el Día contra la represión en el estado español y a las mujeres del Sáhara, a la vez que enunció que en Canarias se está trabajando por la soberanía alimentaria y energética, por los servicios sociales públicos, contra las tasas en justicia, contra la militarización a través de la Coordinadora Canaria por la Paz, por una cultura y educación alternativa, por una economía alternativa, por la Renta Básica de las Iguales, a través de la Red de semillas alternativas y contra el RIC y el TTIP. En definitiva, Koldobi admitió buscar formas de vida más justas que las que impone el capitalismo. Concluyó con la lectura del poema «Un día habrá una isla» de Pedro García Cabrera.
Cerró las intervenciones el economista Antonio González Viéitez que disertó acerca de un modelo económico posible en Canarias. En este plan propuesto por Viéitez, el motor económico deben de ser las energías limpias y renovables, se fomentaría la agricultura de kilómetro 0, se defendería a «nuestro patrimonio más importante», las personas formadas, y habría una diversificación económica. En contraposición, el economista criticó el Plan de Ordenación de Gran Canaria que prevé doblar el número de camas turísticas, la construcción de infraestructuras innecesarias y la reciente privatización del 49% de Aena. En este sentido, destacó que «Aena está vendiendo un elemento estratégico para Canarias», a la vez que desmintió las supuestas pérdidas de la compañía pública, ya que resaltó que «se le inyectó dinero público y está generando beneficios». Puso el telón con una cifra, la de 800 millones de euros, que es la cantidad que ganaron los inversores que compraron el pedazo de la tarta de Aena al siguiente de haberlo comprado, según Viéitez, un dinero «robado a nosotros».
Con el turno de preguntas en el que se debatió sobre el periodismo y sobre la memoria, ese elemento tan necesario para construir un país y para desterrar la conciencia neblinada, se dio por concluida la primera presentación del libro «De un tiempo, de un país». Por delante quedan las presentaciones en Tenerife de mañana viernes, Lanzarote, Fuerteventura, Bruselas y Agüimes.