Hoy comienzan las prospecciones petrolíferas. En unas horas, los cuadros y operarios de Repsol iniciarán sus trabajos, fieles a su consigna de buscar petróleo, cueste lo que cueste, aunque eso suponga poner en peligro un delicadísimo ecosistema que tardó miles de años en nacer, las especies que lo habitan, la seguridad de los seres humanos que aquí vivimos, nuestro agua potable, nuestra economía, etc. Se pueden sentir orgullosos, desde luego. Cuando le cuenten a sus hijos a qué dedicaron sus vidas, cómo pagaron sus facturas, dirán que trabajaban en la industria petrolera pero en todo el mundo hay pruebas fehacientes de a lo que se dedican realmente. Las heridas en todo el continente africano hablarán por ellos.
No me embarga ningún sentimiento de derrota. Al contrario, siento que el pueblo canario puede anotar con orgullo este episodio en su lista de éxitos colectivos, donde siempre primó la unión y la firmeza frente a la amenaza exterior: piratas y corsarios varios, referéndum anti-OTAN, campaña contra la militarización de El Hierro, lanzadera de satélites en Frontera, Veneguera, torres de Vilaflor, Tindaya (por ahora),… Puede que no hayan sido muchísimas las batallas que hemos ganado y, desde luego, hemos perdido unas cuantas, pero a mí me parece que lo que hemos vivido los canarios en los últimos dos años ha sido ejemplar. Llevemos todo esto en mente porque los desafíos en el futuro serán enormes y conviene tener bien aprendidas unas cuantas lecciones: unidad canaria, confianza, realismo, organización, solidaridad internacional, cualificar el debate, presencia en las redes y medios,… Nos creían en taparrabos, otra colonia que aplastar con paso triunfal y encontraron un pueblo unido y maduro, reunido en torno a una poderosa convicción: Aquí vivimos, aquí decidimos. Si no vives aquí, no eres quién para imponernos nada. Así de sencillo.
Y, para lograr todo ello, este pueblo se ha organizado, se ha echado a la calle, en las ocho islas, también en el mar, ha sublevado las redes de tal forma que literalmente ha logrado que miles de ciudadanos en todo el mundo nos acompañaran desde los más remotos lugares, llevando en sus gargantas este archipiélago que tuvo la fortuna de nacer casi en el centro del planeta. Hemos visto a nuestros ciudadanos reunidos en asambleas por barrios, municipios,… organizar cacharradas, colgar pancartas, hacer pintadas, murales… y darle al Ministro Soria, el enésimo Guanarteme que nos toca soportar, la bienvenida que merece, cuando él creía que iba a dar un formidable pregón en loor de multitudes. Ni la Iglesia lo quiso bajo su techo. O amargarle sus habituales vacaciones en los hoteles ilegales de Lanzarote. También hemos visto a las gentes solidarias de Greenpeace triunfar en su esfuerzo de mostrar la verdadera cara de Repsol y la Armada española. Grazie, Matilda. Para nosotros ya eres una canaria más, mucho más que algunos que aquí nacieron.
Ésa es mi gente. Puro volcán. Puede permanecer durante siglos aparentemente dormida, latente, acumulando fuego en su interior,… pero cuando despierta, quítense de en medio. Señores de Repsol, canarios traidores del Ministerio de Industria (José Manuel Soria y Enrique Hernández Bento), miembros de la Armada española, etc. no son bienvenidos. La agresión que hoy consuman a Canarias no quedará sin respuesta. Será una respuesta pacífica pero contundente. Tendrán que marcharse por donde han venido. La Historia, los canarios los pondrán en su sitio. Por eso, hoy no se pierde nada sino que comienza nuestra victoria, la de los que queremos vivir en paz, sin imposiciones y sin agachar la cabeza ante quien quiera someternos.