
Una actitud coherente y asertiva como la que tiene el Partido Popular de las Islas Baleares contra las prospecciones en aquel lugar sería muy beneficiosa en el caso canario. Representaría, no sólo una muestra de sensatez ante el desatino de un Ministro que actúa como testaferro de la multinacional Repsol, sino un más que saludable ejemplo de independencia y de solidaridad con los ciudadanos antes que de seguidismo al aparato que desde Madrid teledirige con mano férrea José Manuel Soria.
Sin embargo, tarde, en Lanzarote empiezan a darse las primeras señales más que evidentes de resquebrajamiento de la ficticia unidad del Partido Popular conejero. Ayer, cuatro de junio, era el Comité Local de Teguise el que votaba una propuesta pidiendo la paralización de las prospecciones hasta que “se alcance un consenso”. Lo que ese consenso signifique en concreto queda en el plano de todas esas cosas que en política se dicen pero no se explican. Previamente, era el Alcalde de Tías, Pancho Hernández, el que se pronunciaba abiertamente en contra de los planes de Repsol. No creo descabellado pensar que antes y sobre todo después de las previsiblemente masivas manifestaciones del sábado 7 sean más los cargos públicos, comités locales, etc. del Partido Popular que comiencen el desmarque de una línea política que los lleva claramente al ostracismo.
La única encuesta sobre intención de voto que hasta ahora se ha hecho pública indica sin ambages la tendencia al desplome de los nacionalistas españoles de derecha, especialmente en las islas orientales. Otra cosa es que todo esto, a José Manuel Soria le importe poco. Él tiene otros planes para su futuro, en el que previsiblemente sólo volverá a Lanzarote de vacaciones. Para todo lo demás -y todo lo demás incluye a esas minucias como las elecciones canarias- tiene al tonto útil de Asier Antona, que se cree el hombre fuerte de Soria en las islas cuando se parece más al haragán de tantas fiestas populares canarias. ¡Angelito! Por su parte, la Virreina Bento, que no se entera, acusa a Paulino de “caldear el ambiente” de cara a las manifestaciones del próximo sábado, cuando es obvio que nadie hace más por tal objetivo que ella misma cuando suelta esas joyas como “la situación en Baleares es diferente”. ¡Qué agudeza!
En cualquier caso, lo de Bento importa poco, porque su puesto no depende de las elecciones. Debe su puesto a Soria. Ella no va a estar pegando carteles o repartiendo papeletas en Lanzarote o Fuerteventura en mayo del 2015. Ni en ninguna otra isla. Los que sí tienen que hacerlo, mejor harían en mirar alrededor, escuchar a sus votantes y darle alguna vuelta más al asunto de las prospecciones, no sea que en poco más de un año se vean celebrando el ascenso de Soria al Consejo de Administración de Repsol, desde algún rincón oscuro en el teleclub más apartado de Lanzarote. Otra posibilidad es pensar en su tierra antes que en ellos mismos.