No juegan limpio. Cuando se anda en asuntos poco claros, no es de esperar limpieza ni estilo. Ayer, víspera del Día de Canarias y, sobre todo, cuatro días después de que los votantes hubieran hablado, el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente dio luz verde a los sondeos exploratorios en las aguas de Lanzarote y Fuerteventura. ¡Qué oportunos! El Gobierno del Partido Popular, por si quedaba alguna duda, se alinea así claramente con los intereses de la multinacional Repsol, dando la espalda a la voluntad mayoritariamente expresada por la mayoría de la sociedad canaria. El Partido Popular, incapaz de defender en Baleares o Valencia lo que defiende en Canarias, queda descubierto así como tonto útil al servicio de una maniobra en la que un país occidental trata de esquilmar unos supuestos recursos en la lejana colonia. Nada nuevo bajo el sol.
Tantos meses de tiras y aflojas, de protestas multitudinarias, de medias verdades y muchas mentiras, de hacernos creer que lo que en otros sitios era un problema en Canarias era de extrema necesidad, de ver cómo el presidente de Repsol, Antoni Brufau, nos llamaba ignorantes por desaprovechar su bondad y de asistir al chantaje de que como tenemos tanto paro y somos unos mantenidos, no podemos renunciar a esta actividad económica. El Estado ni siquiera permitió realizar una consulta, pese a que el mismo ejecutivo canario lo solicitó. No es que nos traten como una colonia, como así dicen algunos políticos canarios que ahora se caen del caballo: es que Canarias es una colonia y como tal ha sido tratada históricamente. Decía Secundino Delgado: “¡sea cuanto antes, que caigan de sus rostros la careta!”, sin saber ellos que ya antes se nos había caído la venda de los ojos.
Y, sin embargo, nada está perdido. Todo está por ganar. La reacción en las últimas horas, hoy mismo, está siendo extraordinaria, a la altura de la afrenta. Cuando ellos atacan por la espalda, la sociedad canaria vuelve a dar la cara, a salir a las calles y plazas de las ocho islas. Los ciudadanos de esta tierra no quieren jugarse su supervivencia como pueblo por el negocio de cuatro. No quieren poner en peligro el medio en que viven, y vuelven a decir claramente que no quieren que nuestro país se encadene al modelo caduco de los combustibles fósiles, que otro modelo es posible, uno en el que no estén ellos. Que no crean que los canarios vamos a dejar que dispongan de nuestra tierra a su antojo. Desde aquí, le decimos al gobierno del PP y a Repsol que nos van a encontrar de frente. Ahí estaremos nosotros, la sociedad canaria codo a codo. Demostraremos a Repsol y a su sometido Gobierno de España que cualquier día es el Día de Canarias, que no dejaremos que conviertan nuestro país en su vertedero.
Que puede más un pueblo unido en torno a una idea noble, como dijera César Manrique, que toda esta caterva de empresarios metidos a políticos y sus espurias intenciones.
Tamaimos / Sietesitios