«… nuestra identidad canaria debe ser nuestra aportación a la riqueza y a la diversidad del mundo al que pertenecemos …»
La vida me ha llevado a lugares insospechados en muchas ocasiones, lo curioso es que en muchos de esos lugares he ido aprendiendo no sólo conceptos relacionados con la canariedad, sino, incluso, a tomar conciencia de lo importante que ello resulta.
Estudié traducción e interpretación por casualidad y de rebote, pero resultó que me enamoré profundamente de esta carrera, y fue allí donde aprendí conceptos como “variedades diatópicas” o profundizamos en cuestiones como la dialectología y léxico de Canarias. Además, mantuvimos interesantes debates sobre si un traductor canario debe traducir potatoes por “papas” o por “patatas”. Tras acabar la carrera y mi beca de auxiliar de conversación en París, me llaman del paro para ofrecerme trabajo de guía de visitas en el museo y parque arqueológico Cueva Pintada. Lo cierto es que lo cogí con bastantes reticencias: no era eso a lo que quería dedicarme, pero en vista de cómo están las cosas por estos lares para conseguir trabajo, terminé cogiéndolo a regañadientes. Una vez más, la vida me sorprendió dándome la posibilidad de no sólo ahondar mucho más en los orígenes de la población prehispánica canaria y en nuestra Historia, gentes, costumbres, lengua, etc. sino que, sobre todo, este trabajo me sirvió para tomar conciencia definitivamente de la importante responsabilidad que debemos tener todos los Canarios con nuestra Historia y nuestra cultura, pues en nosotros reside la responsabilidad maravillosa de legar estos conocimientos, de que no se olviden e, incluso, de que se siga investigando, descubriendo y redescubriendo. Y el que la realidad actual de Canarias es consecuencia directa de toda su historia, se puede apreciar, por ejemplo, en que incluso hoy se siguen usando términos procedentes de la variedad del Tamazig que hablaban los antiguos canarios. Y esa realidad, ese patrimonio no solo es un legado importantísimo para los futuros canarios, sino para la sociedad en general pues es historia, es cultura, y además, exclusiva: lo que en estas tierras de lava y salitre ha ocurrido no ha tenido lugar de la misma manera en ninguna otra parte del mundo; de ahí el asombro y el interés que suscitaba entre cada uno de los turistas que visitaban el museo. ¿Cómo no vamos a ocuparnos y preocuparnos de que este riquísimo patrimonio no se desvanezca con el paso de los años?.
Quien me conoce sabe que, además de a mi pasión por la Lengua, también dedico mi tiempo a la militancia en un partido político nacionalista y de izquierdas, de forma que aquellas vivencias casuales que tanto me han enseñando sobre nuestra identidad canaria se han traducido en la convicción absoluta de que los partidos políticos en las islas tienen la obligación moral de compartir o incluso liderar la asunción de dicha responsabilidad. En manos de los dirigentes está que se subvencionen traducciones al español de canarias, sobre todo en lo que se refiere a literatura infantil y juvenil pues, y por sólo esgrimir un argumento al respecto, en estos años importantísimo de formación y de desarrollo de las competencias lingüísticas de nuestros más jóvenes es crucial que tomen también conciencia de nuestro propio léxico. En manos de los dirigentes está que la carga de contenido canario en el currículo educativo de nuestros coles sea mayor, sobre todo, porque incluso hay una ley estatal que nos lo permite y que, por tanto, estamos infrautilizando. En manos de nuestros dirigentes está que se invierta más en investigación y divulgación de nuestro patrimonio cultural, sea histórico, lingüístico,literario, natural, económico y social. Los dirigentes políticos son nuestros representantes, y como tales, deben ser un reflejo de nuestro sentir y pensar, por tanto, deberían ser consecuentes y coherentes con la responsabilidad que todos debemos adquirir en la protección, desarrollo y promoción de todo aquello que nos define como canarios.
La vida me ha llevado no sólo por muchos caminos inesperados, sino también por lugares distintos, lejanos y bellos; y desde ese conocimiento y esas vivencias puedo afirmar que nuestra cultura, nuestras gentes y nuestra tierra son interesantes, ricas y preciosas, y creo que como tales deberíamos tratarlas y cuidarlas. Lo que nos define como canarios, nos distingue del resto: nos hace únicos, exclusivos; y este hecho no es importante por una cuestión de separatismo ni mucho menos, sino por todo lo contrario: nuestra identidad canaria debe ser nuestra aportación a la riqueza y a la diversidad del mundo al que pertenecemos. Sólo desde el conocimiento se consigue el respeto: sólo desde el conocimiento más profundo de nosotros mismo como pueblo podemos conseguir valorarnos como tal, valorar a los otros y, por fin, merecer y obtener el respeto y la valoración de los demás.