
El Ejecutivo canario acaba de hacer público un comunicado en el cual exonera al conejo “de haber riscado a la perra”. Según reza el mismo, “históricamente los canarios han atribuido el famoso crimen a dicho animal de granja, cuando las evidencias científicas de las que disponemos actualmente hacen pensar en otras hipótesis más probables, como el suicidio, un desgraciado accidente laboral o el que un tercer animal, que bien pudiera ser un guirre, estuviera implicado en este suceso. Sabemos que son hechos prescritos hace mucho tiempo pero no queríamos que se prolongara por más tiempo esta injusticia histórica. Después de todo, los políticos estamos para solucionar los problemas de la gente no para eternizarlos».
El Gobierno de las islas se suma así a los gobiernos de otros países que han querido ajustar cuentas con el pasado, exonerando a ciudadanos de sus países de crímenes que no cometieron o por haber sido perseguidos injustamente. Es el caso del Ejecutivo británico que recientemente ha perdonado al científico inglés Alan Turing por haberlo encarcelado bajo la acusación de ser homosexual. Anteriormente, la Iglesia católica habría pedido perdón por haber encarcelado a Galileo. Con esta declaración, el famoso conejo puede verse finalmente libre de la ignominia que supondría haber riscado a la perra en el ejercicio de sus funciones.
El portavoz del Gobierno canario, Martín Marrero, afirmó que “a partir de ahora, los canarios no podrán decir “ya el conejo me riscó la perra” sin arriesgarse a ser detenidos por miembros de la Policía Canaria acusados de calumnia.” Además, en breve, se anunciará la creación de una comisión parlamentaria para elevar propuestas de frases alternativas que puedan ser usadas en el mismo contexto. Fuentes oficiosas han revelado a Batata News que, como candidatas más probables, ahora mismo suenan “ya la perra se riscó gritando Atis Tirma” -que cuenta con muchos votos entre los parlamentarios nacionalistas- o “ya la perra murió en una clínica abortista”, la cual parece agradar bastante a los parlamentarios populares. En cualquier caso, a los canarios nos queda la satisfacción de que al menos esta injusticia, aunque tarde, ha sido reparada.