¡Por fin! Los canarios estamos de enhorabuena: al fin se demuestra nuestro parentesco directo con las culturas clásicas mediterráneas, ahora sí podemos exhibir con orgullo el prestigio indudable de nuestro pasado indígena. Porque coincidiremos que no reluce igual una vinculación a los romanos que a unos pueblos norteafricanos, ahí, que ni se sabe cómo vinieron a tener aquí. ¡Qué honor y qué alivio sobretodo!
Bueno, es verdad que el yacimiento del Islote de Lobos parece que sólo tuvo una «ocupación estacional», pero que no pare la fiesta por una menudencia científica. De entrada, el proyecto se titula «Poblamiento y colonización en las islas del Atlántico». Sí, poblamiento y colonización, por una supuesta factoría en Lobos en uso «estacional». Y sí, islas atlánticas. Porque ¿para qué decir Canarias? Islas atlánticas queda como más… No sé, más ¿romano?
Pero ¿y cómo es que el Cabildo de Tenerife excava en Fuerteventura? ¿Por amor a la ciencia? A lo mejor. Pero es que casualmente quien lleva la voz cantante en todo esto es el Organismo autónomo de centros y museos (OACM), precisamente un organismo que lleva más de una década insistiendo en la teoría fenopúnica y usando para su difusión al Museo arqueológico de Tenerife o al Museo de la naturaleza y el hombre, de la misma isla. Todo a pesar de las serias contradicciones de la mencionada teoría. La catedrática Del Arco, que dirige las excavaciones, es, casualmente también, firme valedora de la polémica hipótesis de la piedra zanata, que apoyan sólo ella, el doctor Atoche (igualmente mencionado en el artículo) y pocos más; Del Arco también adscribe las salinas de Lanzarote al contexto fenopúnico cuando otros investigadores las sitúan indudablemente en el siglo XX.
Las contradicciones y sinsentidos de la hipótesis romana o fenopúnica ya los expuso claramente Sergio Baucells en su ensayo «Fenicios, púnicos, romanos y el `revisionismo´ arqueológico en Canarias», publicado en el libro I-dentidad canaria. Los antiguos. Los romanófilos tienen en contra a la flor y nata de la arqueología canaria, pero gozan del favor de cierta clase política, que al menos en Tenerife está dispuesta a poner perras y medios para divulgar una mera hipótesis que científicamente se sostiene mal, y hacerla pasar por lo que no es.
Todo sea por darle a los antiguos canarios una quimérica filiación romano-feno-púnica que nos dé por fin a los canarios de hoy un pasado prestigioso y mediterráneo que exhibir con orgullo.