
La Casa de Canarias en Madrid (antiguo Hogar Canario), institución fundada en el año 1953 por lo más granado de la colonia canaria en la capital [1], se encuentra ubicada en la calle Jovellanos del céntrico barrio de Las Cortes. Puerta con puerta con el Teatro de La Zarzuela. A escasos pasos de la trasera del Congreso de los Diputados.
La ilustre y pomposa cabecera con que nos recibe su página web no debe llevarnos a engaño. La extemporánea asociación vive hoy agonizante: disminución escalofriante de socios numerarios y según alegan, situación preocupante “ante la actual crisis económica y la falta de subvenciones de las Administraciones Públicas” [2] [sic]. Palabras, como diría Shakespeare. Palabras, porque en esta media verdad se esconde una mentira, rolliza y moralmente descarada. Desgranemos la piña y veamos el carozo:
i. El 22 de julio del año 2010, en el Juzgado de lo Social Nº 29 de Madrid, una juez condena a la Casa de Canarias en Madrid a indemnizar a tres ex-empleados por despido improcedente. La entidad se niega a readmitirles, y por tanto, ha de cumplir con la sanción económica dictada en el fallo de la sentencia y que asciende a la friolera de 104391.65 EUR (algo más de 17 millones de las antiguas pesetas), sin contar con los salarios de tramitación.
ii. En el año 2011, la entonces Presidente de la entidad, Aída Luque, es re-elegida en el cargo por mayoría absoluta.
iii. A fecha de hoy, la Casa de Canarias en Madrid, decide realizar una subasta de obras de arte de destacados artistas canarios “con parte de sus fondos [donados], así como también con importante” [2] material cedido para esta ocasión.
Ante lo expuesto, no parece que sea la situación de crisis, esa que afecta a tantos ciudadanos de este Estado, la que les lleva a tomar esta decisión. Lo real, es que debido a la deuda adquirida para saldar la previa pendiente con la Justicia, se ven ahora inmersos en este percal. La Casa de Canarias en Madrid es una entidad privada, sin embargo, recibe o ha recibido subvenciones por parte del Ayuntamiento de Madrid, de la Comunidad homónima y del Gobierno de Canarias, este último propietario del piso que les cede para ejercer su agenda de cuestionable finalidad en la promoción y aglutinamiento de lo canario, y solamente dejando a su cargo el pago de comunidades así como del IBI.
Como ex-socio, lo digno habría sido presenciar la dimisión de la Junta Directiva ante tal escándalo punible y de facto condenado (véase punto i). Como ciudadano no entiendo cómo las instituciones públicas, en particular la canaria, pueden seguir dando sombra a una corporación con precedentes tales. Como canario en Madrid, no puedo entender la supervivencia de esta entidad, concepto que quizá quede grande para definir a lo que en mi opinión es, en realidad, el chiringuito de unos pocos que disfrutan de un caudal público que más bien haría fuera de lo que queda de lo más granado de la colonia canaria en la capital.
[1] https://www.casadecanarias.org/
[2] https://www.casadecanarias.org/subasta.html