A estas alturas ya conocerán ustedes estas declaraciones de Pedro Muñoz, alcalde de Toreno, en las que nos describe a los canarios como meros parásitos de la generosidad española, y olé; somos unos mantenidos de las subvenciones, que si no fuera por la pasta que nos regalan los españoles, ¿de qué íbamos a vivir? Menos mal que somos simpáticos y amables, por eso los españoles nos quieren un montón, cómo nos aprecian. Por eso debemos callar y obedecer los canaritos, no vaya a ser que un día de estos dejen «que se nos lleve el moro».
Viene a ser don Pedro Muñoz eso que toda la vida hemos llamado certeramente un godo. El godo destaca siempre por su carácter fachento y su proverbial ignorancia, que además lleva a gala. Es un bobo alegre que suele darse un barniz de pretendida erudición para redondear el ridículo, y así tratar de ocultar de manera vocinglera su incapacidad para hacer la o con un canuto. Don Pedro Muñoz es un godo de libro, de esos que provocan la carcajada más espontánea, de esos que según cuentan son cosa del pasado y hace tiempo que se extinguieron, pero que siguen saliendo de debajo de la piedras con insistente frecuencia.
No me ocuparé más del godo, que bastante tiene ya el pobre con lo suyo. Que para defender precisamente a la minería del carbón, abocada a la desaparición y mantenida a flote con ayudas, acuse a otros de vivir de la subvención, demuestra el calibre intelectual del elemento.
Lo que más me ha sorprendido en esta ópera bufa, sin embargo, es que no han faltado canarios para reírle la gracia, todavía resulta que no son pocos los que enseguida le han dado la razón, que sí es verdad que si no fuera por las ayudas… Es que vivimos de las subvenciones, mi niño, y dos piedras.
Cada vez que oigo esa cantinela, a mí me da por pensar que Canarias aporta la tercera parte de la industria más importante del Estado, que no es la minería, curiosamente, sino el turismo. Como aportación al dinamismo industrial español, no está mal, sobretodo si pensamos que aportando tanta riqueza, seguimos siendo de los más pobres y peor pagados. También me viene a la cabeza que los aeropuertos canarios son de los poquitos rentables , junto con algunos baleares, creo recordar. Esa riqueza aeroportuaria no la disfrutamos exclusivamente en Canarias, sino que se va a que otros saquen pecho con sus nuevas terminales en Barajas y El Prat, mientras siguen acumulando deudas. Por no hablar ya de esos aeropuertos carísimos que no se usan. Recuerdo igualmente que Canarias es de las comunidades que más aportan a la caja única de la seguridad social, junto a Madrid y Cataluña; o sea, que pagamos las pensiones de otros, aunque tengamos los mayores niveles de pobreza y desempleo. No se me olvidan tampoco los miles de inmigrantes españoles que vinieron a trabajar durante años a Canarias, y no al revés; en Fuerteventura sin ir más lejos la población foránea superaba a la local, una anomalía que sólo vemos como «normal» en Canarias.
Podría seguir poniendo ejemplos, pero ya otros lo hicieron perfectamente. La pregunta que toca hacerse es ¿en qué se basan quienes dicen que Canarias vive de la caridad española? Porque en el caso de los godos, está claro. Pero ¿y los canarios?