Eso es lo que tiene la gente del Veneno Crew, formación histórica del rap canario de la isla de Tenerife, y eso es lo que hacen sentir a aquellos que en algún momento nos hemos acercado a su música, bien en directo, bien a través de sus múltiples grabaciones. Un grupo de entusiastas y apasionados de la música negra -rap, reggae, dancehall, etc.- que ha sabido crear desde Canarias una de las propuestas más absolutamente originales del país.
Sin renunciar un ápice a su lugar de origen, a su gente, y sobre todo a la ciudad que les vio nacer, La Laguna, el Veneno Crew sigue ofreciendo canciones y discos que nos hacen pensar una vez más el porqué en Canarias no hay una industria discográfica sólida, capaz de satisfacer al mercado del país y a sus músicos, a la vez que exportar las mejores propuestas de nuestra tierra, con todo lo que ello supone en cuanto a beneficios culturales y económicos. Dicen los expertos que en Canarias estamos en torno al 90% de importación de productos alimenticios, es decir, somos una tierra absolutamente dependiente. No creo que en el aspecto cultural andemos muy alejados, sinceramente, pues es cada vez mayor la avalancha de músicas y productos culturales traídos de fuera y menos los espacios que se le reservan a la música generada en Canarias para la exhibición, difusión y venta, más allá de circuitos independientes y autogestionados, con la limitada difusión y alcance que eso implica. Es más fácil que un niño de Gran Canaria conozca a un grupo de Wisconsin o de Madrid, que a uno de Tenerife o Lanzarote.
Por eso, apoyar a gente como el Veneno Crew no es sólo una cuestión de reconocimiento a una más que notable calidad musical, sino también una llamada de atención para entre todos seguir tejiendo las redes necesarias que nos permitan consolidar una escena musical canaria sólida, potente y autocentrada. Esto no se trata de dar más subvenciones, ni de promover los apoyos institucionales. Es simplemente una cuestión de actitud, de mentalidad, de que la gente, todos aquellos consumidores de música, locutores de radio, productores, etc. miren hacia Canarias e indaguen en la música que a fuerza de invisibilización y olvido ha sido considerada underground.
Y claro, todo esto sin necesidad de caer en las actitudes desleales de grupos como La Perra de Pavlov, quienes ante esta falta de visión hacia lo que la música en Canarias debe significar, han preferido mutilar su acento en las canciones para lograr un reconocimiento en el mercado español -muestra de la estrechez de miras de según que grupos-, descuidando por completo al público de Canarias, y por supuesto a sus potenciales seguidores en América Latina y EE.UU.
Por esto, y permítanme la matraquilla, grupos como el Veneno Crew deben ser ejemplo a seguir dentro de lo que es deseable en un futuro escenario de una industria musical autocentrada en Canarias. Si creen que exagero en mis valoraciones sobre este grupo de raperos, escuchen la canción que les compartimos a continuación, y díganme si esto no es talento suficiente como para que Canarias se plantee dejarse llevar por la pasión que corre por las venas de nuestros músicos y artistas y dar el paso definitivo hacia una escena musical canaria con mayúsculas, capaz de interactuar en igualdad de condiciones con el resto de propuestas foráneas que tanto nos han enriquecido a lo largo de la historia.
[youtube]https://youtu.be/gDnbmVDYmXc[/youtube]
* Fernikan, miembro del Veneno Crew, con su canción «Pasión». Videoclip rodado en las calles de La Laguna, con la aparición de gente del Veneno Crew, Pachumba, Big Mummah, Mensey, etc.