
“¿Qué causa legítima o qué justicia tuvieron estos Betancores de ir a inquietar, guerrear, matar y hacer esclavos a aquellos canarios, estando en sus tierras seguros y pacíficos, sin ir a Francia ni venir a Castilla ni a otra parte a molestar ni hacer injuria, violencia ni daño alguno a persona viviente del mundo? ¿Qué ley natural o divina o humana hobo entonces ni hay hoy en el mundo, por cuya auctoridad pudiesen aquéllos hacer tantos males a aquellas inocentes gentes?”
Quien así escribía no era otro que Fray Bartolomé de las Casas, dominico español, que en su Brevísima relación de la destrucción de África dedicó cinco capítulos a los episodios de la Conquista y Colonización de nuestras islas. Aunque el texto no tenga el rigor y exactitud histórica de otros textos contemporáneos, sí atesora una virtud que hace que este texto debiera ser más y mejor conocido: un ejercicio de empatía poco habitual en la mentalidad de la época. Efectivamente, Fray Bartolomé toma partido por aquellos canarios que fueron introducidos en la Modernidad a punta de espada, asesinados, torturados, esclavizados, sus mujeres violadas, etc. O en sus propias palabras:
“(…) infamando la ley sin mácula, pacífica y justa y suave de Jesucristo, y echando infinitas ánimas al infierno, haciendo guerras crueles y matanzas, sin causa ni razón alguna que fuese justa, en las gentes pacíficas, que no le habían ofendido, de aquellas islas. ¿Qué modo era éste para salvar los infieles dándoles por esta vía el santo baptismo? Admirable y tupida ceguedad fue sin duda alguna ésta.”
Es aquí donde hemos de encontrar la importancia de la obra de De las Casas: antes en su voluntad armonizadora de la ética cristiana y el Derecho Natural que en la exactitud minuciosa del cronista. Quien quiera conocer con más precisión los hechos que el dominico enjuicia debe acudir a Le Canarien, Torriani, Abreu Galindo, Alonso de Espinosa, Viera y Clavijo, entre otros. Todos relataron con oficio de historiador los episodios referidos a la Conquista de Canarias. No podemos incluir a De las Casas entre ellos pero si lo traemos a esta serie sobre la Memoria Histórica Canaria es porque, con él, también tomamos partido con aquellos seres humanos que padecieron a criminales de guerra como Juan Rejón, Pedro de Vera, Fernández de Lugo, etc. Al menos, mientras éstos presidan las calles y plazas de nuestro país.