Mercedes Pinto merece ocupar un lugar de honor en las letras isleñas. Representó el ideal de mujer independiente, con inquietudes intelectuales, ideas progresistas, que alumbraron las primeras décadas del siglo XX. Sin embargo, tuvo que pagar un alto precio por todo esto: un matrimonio con un ser monstruoso que la atormentó hasta límites inimaginables de no ser porque constituyeron el germen del excelente relato autobiográfico Él. Esta lagunera, que padeció exilio, para convertirse en una de las voces intelectuales señeras de Hispanoamérica, escribió esta obra conmovedora con pluma ágil y precisa. Nos dejó un testimonio de excelente factura literaria y no creo equivocarme si digo también de un alto valor pedagógico. Releamos Él porque en sus renglones se encuentra la vida, sórdida y descarnada como también a veces es.