Hubo un tiempo en que nuestro país fue más una colonia inglesa que una colonia española. Ese tiempo tuvo un cronista privilegiado: el grancanario Rafael Romero, más conocido como Alonso Quesada. Este isleño que desempeñó diversos trabajos alimenticios en casas inglesas , conocedor y admirador de la cultura de la Pérfida Albión, aunque también amargo crítico de los desdenes ingleses, escribió esta colección de cuentos donde los retrató cuando se enseñoreaban por el Hotel Metropole y toda Ciudad Jardín. Los atrapó en su pluma irónica y los desnudó ante nosotros que no los vimos pero que ahora sentimos su huella. Por último, los inmortalizó con genial estilo literario dejando entrever la honda tristeza de quien los amó y sufrió sus desprecios. Tan paradójica como justamente, Quesada vive hoy en la memoria isleña más que aquellos ávidos ingleses.