Para entendernos, Tristeza sobre un caballo blanco es nuestra Rayuela. No digo esto por simplificar, o sí. Estamos ante un relato de relatos que puede ser leído como mínimo de dos maneras diferentes, a decir de su autor. Yo añadiría la posibilidad de leerlo de manera oracular. Les dejo a ustedes la opción de leerlo de cualquier otra manera que se les ocurra. Digamos que estas cinco historias entretejidas forman una obra en la que la prosa de García Ramos alcanza su cima lírica. Digamos también que esta novela esconde recursos técnicos sólo al alcance de los mejores escritores. Por último, digamos que no haber leído Tristeza sobre un caballo blanco supone un pecado imperdonable.