Acabante de leer la malísima novela La noche que Bolívar traicionó a Miranda, del canario J.J.Armas Marcelo, reflexiono acerca de la, para mí cada vez más gigante figura de El Precursor, Francisco de Miranda. Isleño nacido en Caracas, como tantos, encarnó mejor que nadie el espíritu revolucionario de la época convulsa que le tocó vivir. General en los ejércitos español, venezolano, francés, inglés, ruso y estadounidense; representa, si hemos de seguir la tesis que se defiende en la mencionada novela, el paradigma de la libertad, frente al mantuano Bolívar, más preocupado por el poder y por sus ansias de cumplir lo que siempre contempló como su sino histórico: libertar América.
No me meteré yo en vericuetos históricos, más que nada porque me falta mucha información, que espero atesorar en futuras lecturas. Sí constato lo evidente: El nombre de Francisco de Miranda, que padeció marginación por ser oriundo de Canarias, debiera figurar en las calles y plazas como lo que fue, uno de los hijos más preclaros de nuestro país. El que esto no sea así, no debe sino empujarnos a reivindicar nuestra propia Memoria Histórica, la de Canarias, la que nadie va a reclamar por nosotros.