
Aunque no hace falta ninguna excusa para ir a echarse unas perras de vino por el Norte de Tenerife, no es menos cierto que la pausa navideña es pretexto tan bueno como cualquier otro para conocer o volver a visitar uno de estos entrañables rincones. Desde luego, la mejor manera de encontrar uno si no vamos a tiro hecho es preguntar a los vecinos del lugar. La información en internet no abunda. Aún así, si quieren ir familiarizándose con el asunto, aquí los dejamos con un vínculo que, aunque no muy completo, al menos da una idea de la cantidad y la variedad de este tipo de establecimientos.