En Cataluña han visto claro lo importante que resulta fraguarse una imagen propia cara al exterior, que sea diferenciada, superadora de estereotipos, amplia y con presencia en todos los ámbitos. Incluso se atreven con la Navidad, un concepto con una imagen claramente definida, lo cual no les impide modelar la suya y mostrarla sin complejos como propia, diferente, atractiva.
Canarias también podría presumir de Navidad propia, incluso más diferenciada, más poliédrica, me atrevo a decir más atractiva cara al exterior que la catalana. Pero primero tenemos que descubrir la propia cultura, aprender a creer en lo propio, a ver lo que tiene de especial, a mirar más allá del sol y la playa. Eso es lo que nos lastra: nuestro complejo.