Sesenta mil personas son muchas menos de las que van al Coso del Carnaval de Santa Cruz. Yo diría que también son menos que las que van al Carnaval de Día. Sin embargo, son las que hacen falta para que al menos un diputado represente a la izquierda canaria, verde, alternativa, etc. que en estos momentos lidera en la provincia –ese anacronismo- de Santa Cruz de Tenerife, la Alternativa Sí Se Puede. Decir que se trabaja en esa perspectiva es en sí mismo una excelente noticia. Poder decir que se consiguió es un sueño quizás no tan lejos de alcanzar. Basta proponérselo y todo el trabajo que cientos, ¿acaso miles?, de hombres y mujeres puedan reunir en torno a una idea.
Existe la voluntad de que una persona –ojalá sea una mujer, para variar- lleve a Madrid la voz de la protesta canaria, que tantas veces se ha expresado en los últimos años en los pueblos y ciudades de las islas y que empieza a aparecer ahora también en las instituciones. Quienes hoy se encuentran detrás de esta voluntad, salvo con la honrosa excepción de SSP, no siempre han estado a la altura de tamaño reto. Me refiero al sucursalismo inveterado de IUC o los hoy agrupados en Socialistas por Tenerife y en otras épocas no precisamente amigos de experiencias canaristas, no digamos nacionalistas. Les toca ahora ser generosos, inteligentes y audaces. Quizás mientras ustedes leen estas humildes líneas, un hombre o una mujer no sabe todavía que le corresponderá el honor de representar a los canarios en el Congreso de los Diputados en la próxima legislatura. Y lo hará para hablar de regeneración democrática, de desarrollo sostenible, de neutralidad activa, de justicia social,… Será, si sesenta mil canarios así lo quieren, la voz que hable de todas esas cosas que en nuestro país oculta el ruido de la política de los mezquinos o el Carnaval. Y perdón por la redundancia.
P.S: Como dijera Martí, “ Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en si el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a sus pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.”