Desengañémonos. Las primarias no casan bien con la condición humana, más bien tendente a la envidia, uno de los pecados capitales. Quizás en países con más y mejor tradición democrática, este procedimiento de elección de candidatos se haya integrado mejor en el comportamiento de las personas que hacen de la política su profesión. En lo que hace al Estado español, los casos de Madrid y Canarias demuestran bien como a un aparato como el Partido Socialista le pueden venir muy bien y muy mal unas primarias, según el candidato sea del gusto de Ferraz, que todo lo ve y, particularmente en Canarias, todo lo puede. Personalmente me gustaría que Santiago Pérez tuviera la oportunidad de disputar la candidatura a José Miguel Pérez, aunque esto le provoque una ira mal disimulada, por seguir con los pecados capitales. No tanto porque piense que representa algo muy diferente –si ya cuesta distinguir las diferencias entre Coalición, el Partido Popular y el PSOE, imagínense entre candidatos del mismo partido. Más bien por llevar la contraria y que se deje sentir algo de voluntad autónoma por parte del Partido Socialista Canario, tradicionalmente bastante seguidista de las directrices de Madrid.
No me hago ilusiones. Como tampoco me las hago con el hecho de que los mismos que han venido claudicando sistemáticamente en lo que hace a las libertades económicas y fiscales que constituían el acervo histórico canario, se vayan a convertir ahora en sus salvadores. Me refiero como pueden suponer a Coalición Canaria y al Partido Popular y, especialmente, a esa visión cortoplacista por la que condenan cualquier negociación referida al Régimen Económico y Fiscal a la coyuntura política, a si el Gobierno de turno en Madrid necesita tales o cuales apoyos,… en fin, a la suerte electoral que tenga Coalición en cada momento y en el uso o abuso que pueda hacer de ella. Sustituyen el buen juicio del gobernante por la avaricia, ese otro pecadillo, en forma de nuevas carreteras. Nada más alejado de un proyecto de país en el que la sociedad canaria pudiera confiar.
Y en hablando de no poder confiar, y ausencia de proyectos, tampoco son como para tirar voladores las últimas declaraciones de Pedro Rodríguez Zaragoza, presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, en el Diario de Avisos, donde anuncia que el futuro Puerto de Granadilla será una dársena del Puerto de Santa Cruz. ¿Y para este viaje tantas alforjas? ¿Tanto coste ambiental para un proyecto subsidiario de un puerto con claros problemas de infrautilización? Recordemos que éste es un punto de acuerdo entre los tres grandes partidos en Canarias. Pedro Rodríguez cae de lleno en la soberbia cuando desprecia sebadales, escarabajos y los pájaros que anidan allí,… situándose por encima de ellos, cuando seguramente, con un poco de suerte, estos animalitos seguirán por allí cuando él se haya ido quizás a otro cargo público, y van ni se sabe.
En fin, se me acaba el tiempo y me quedan tres pecados capitales. De la gula y la pereza se conocen bastantes ejemplos, así que no me detendré en ellos. Repasen mentalmente y verán más obesidad que otra cosa en la clase política. Y, en cuanto a la lujuria, no sé pero yo apuntaría al Bragagate,…
Este texto fue radiado por Canarias Ahora, en el programa El Correíllo, de Juan García Luján, el día 7 de septiembre de 2010.