Los que conocemos de viejo la historia de la lucha contra el radar de Malpaso, sabemos que desde siempre se manejaron todo tipo de argumentos para defender su instalación. Se nos quiso hacer creer que el radar serviría para controlar la inmigración ilegal, luchar contra el narcotráfico, controlar incendios forestales, ayudar a la aviación civil, reducir la duración de los vuelos, crear puestos de trabajo, … Bien, sumen a todas esas toletiadas la de prevenir las tormentas como las que asolaron Canarias hace pocas fechas. Así lo deja caer el vicepresidente Ruano, a lo zorrocloco, haciéndose eco de las declaraciones de la ministra Elena Espinosa, y así se los cuento yo. Todo con tal de enmascarar lo que no es sino una instalación militar en un sitio emblemático para los herreños y los canarios. De eso es de lo que hablan cuando hablan vagamente de “las islas occidentales”. Así que, agüita, que nos jincan el radar en lo alto de Malpaso.