No tuve la suerte de conocerlo personalmente, aunque sí supe de su ejemplo de compromiso con las causas justas y con su tierra, que para él eran básicamente lo mismo. Se nos murió Paco Bello, el cura de La Garita, que tuvo la valentía de izar la bandera del movimiento LGTB en la mismísima iglesia, así como de conceder el primer lugar de la fiesta del pueblo a homenajear a la bandera de las siete estrellas verdes, como símbolo de una Canarias mejor en la que creer y por la que luchar. Digo que no tuve la suerte de conocerlo personalmente, aunque le dediqué hace algún tiempo una entrada en mi anterior blog. Siento, con sus hermanos de la Iglesia Canaria, su pérdida con esa extraña desazón del apretón de manos que pudo haber sido y no fue. Sólo puedo desearle las mismas palabras que algún amigo escribió en otro lado: “que descanses en paz en tu cielo azul y con siete estrellas verdes”.