Que el fútbol hace ya tiempo que dejó de ser solo un deporte y es, antes que nada, un lucrativo negocio, no es ninguna novedad. Los clubes (Manchester United, FC Barcelona…) y los jugadores (Beckham, Zidane, Cristiano Ronaldo…) son marcas que producen centenares de millones de Euros en publicidad y en ventas.
En Canarias, con el CD Tenerife recién ascendido a la primera división, y con la UD Las Palmas en segunda división, la situación es muy diferente: ¿o no?
Si hablamos de cantidades de dinero, obviamente, la situación es incomparable. Ahora bien, si hablamos de posibilidades de mercado, las opciones son cualitativamente similares. Clubes como el Manchester United, en el Reino Unido, o el FC Barcelona, en España, están realizando sus pretemporadas fuera de sus respectivos países este año. Estos viajes, además de la necesaria preparación deportiva, y cierta tranquilidad con respecto a los medios de comunicación y las aficiones locales, buscan, sin ninguna duda, conseguir nuevos adeptos (= consumidores) en los países que visitan (en este caso Malasia y Estados Unidos).
¿Y por qué no hacen lo mismo los clubes canarios? ¿Acaso no son nichos de mercado Marruecos, Senegal o Finlandia para nuestros clubes? Eso por no hablar de las posibilildades de crear escuelas deportivas subvencionadas en Mauritania, Senegal y otros países de nuestro entorno, que evitaran la triste perspectiva de la emigración para jóvenes de esos lugares. ¿Por qué no formar jugadores, preparadores físicos, entrenadores, que puedan luego ganarse la vida en ligas de fútbol, de su país, o de otros países africanos o no, teniendo todo esto la ventaja de que el primer beneficiario del nacimiento de un crack, sería, como es lógico, el club que financiara el proyecto en cuestión, ya fuera el CD Tenerife o la UD Las Palmas?
Y es que – que nadie lo dude- el fútbol es ya, antes que un deporte- un lucrativo negocio de exportación.