Ya está aquí la TDT. En Canarias se podrán ver más canales, muchos más canales. Este verano, he estado en casa de algunos familiares y amigos tanto en Gran Canaria como en Tenerife, y he visto los nuevos televisores adaptados, los aparatillos para poder ver la TDT en los televisores de toda la vida, y muchos canales, muchos más canales… todos en español.
La Televisión Digital Terrestre parece ser un medio fantástico para poder ampliar la oferta de canales… pero las autoridades (en este caso, no sé si las insulares, las nacionales o las estatales) han decidido que con una lengua va que se mata.
Quizá haya quien piense que ver programas en otros idiomas en un rollo innecesario, o que ver películas en VOSE es una batatada infumable para guiris viajones o autóctonos pedantones; es decir, quizá piense eso de esto no es para mí.
Bueno, yo estoy dispuesto a refutar este argumento en donde sea y cuando sea.
Ver una película o un programa en su lengua original no sólo no es un rollo inútil, sino que nos acerca a la realidad que se proyecta sin intermediarios: en el caso de los programas que no son de ficción, nos permiten apreciar la realidad de la que se habla de manera más directa; en el caso de las películas y seriales nos permiten disfrutar de la interpretación en su plenitud (si nos paramos a pensarlo por un segundo: ¿realmente podemos decir que hemos disfrutado -o sufrido, que de todo hay- la interpretación de un actor sin haber podido siquiera escuchar su voz? Para mí, la respuesta está clara).
Pero más importante que todo esto, me parece otra cuestión. Quienes nos hemos criado en una cultura monolingüe (todo -desde el cambio de pañales con mami, hasta la explosión del World Trade Center por la tele- en una sola lengua), tendemos a ser menos tolerantes. ¿Y por qué íbamos a interesarnos por otra manera de ver las cosas, si resulta que hay una (la hispanocastellana, en nuestro caso) que nos taladra el cerebro mañana, tarde y noche a través de la caja tonta, y que resulta ser (o así nos lo quieren presentar, en todo caso) la más correcta, cuando no la única válida.
Bueno, yo no sé ustedes, pero yo, en la próxima ocasión, voy a cambiarle el idioma a Clint Eastwood en el DVD y a ponerle subtítulos, que si no me pierdo su inconfundible voz. Te aconsejo que hagas lo mismo. Si aguantas el trago, ya no volverás a lo sintético.