El presidente del Cabildo de Tenerife dice en entrevista concedida al periódico el Día que no sabe si la institución que preside desde hace diez años tiene competencias en materia de transporte (¿?). Y que además, le da igual si las tiene o no. Échale mojo.
Como el que le tosan, a este tipo de personajes no les debe gustar nada, al ser preguntado por la sobrina de Paulino y demás intentos de enchufe, dice que quien escucha a un cargo público debe ir a la cárcel.
Pues sí, parece que la mejor defensa es un buen ataque: si enchufar es lo que hacemos y además nos parece bien, a partir de ahora -lejos de arrepentirnos de semejante práctica y de pedir perdón- lo mejor y más efectivo será intentar seguir sembrando el miedo.
Así que el próximo paso en el ático del poder ático está claro: para dar ejemplo, habrá que matar al mensajero.
¿Lo conseguirán?