Me bajo de la nevera en forma de guagua en la que viajo desde Caracas a Barquisimeto. Lo del aire acondicionado en este país no tiene nombre. Uno pasa en un segundo de los treinta y cinco grados de ambiente a los diecinueve del interior de una guagua o una oficina, por ejemplo. No parece que haya habido demasiado trabajo de concienciación al respecto. Esa noche, el chofer detuvo el vehículo repleto en algún lugar indeterminado en el Estado Yaracuy. Deben ser las cuatro y pico de la madrugada. Enfrente del bar de carretera donde paramos un cartel enorme me recibe: “Compañía Agrícola Tanausú”. A partir de ahora, la huella canaria va a ser imborrable. Una vez que nos encontramos en Barquisimeto con Ignacio, José Manuel, Héctor, Isumak,… nos ponemos en dirección a Palo Verde, cerca de Sanare, al pie del comienzo de los Andes venezolanos. De camino en nuestra buseta –como aquí llaman a las guagüitas para desplazarnos por el país- nos tropezamos con el enorme Hogar Canario-Venezolano de Quibor, uno de los asentamientos donde la presencia canaria es muy importante. Hasta las cabras son canarias por acá y no es broma. El canario se dedica fundamentalmente a la explotación ganadera y además del chorizo canario, de Teror, que encuentro en los supermercados (no se crean que andan desabastecidos como alguna vez me dijeron antes de viajar), también llevaron cabezas de ganado caprino desde las islas. Me sorprende esta región árida, que me recuerda vagamente al sur de Gran Canaria y Tenerife. Es parte del sistema coriano, que contrasta fuertemente con Sanare y Palo Verde, hacia adonde me dirijo, más parecidos –también vagamente- a nuestras medianías.
En la tarde conversamos con Honorio Dan, maestro rural, historiador, activista,buena gente,… años de experiencia enseñando Historia – la Historia de su país y de Latinoamérica- a los campesinos. Es didáctico, disfruta enseñando, su charla es interesantísima,… con una soga y un buen puñado de semillas nos explica la Historia de Venezuela en un momento, a través de la aparición de los diferentes cultivos en el proceso productivo agrícola. Echo de menos un trabajo así en las islas. ¿Se lo imaginan? ¿Talleres Populares de Historia de Canarias para nuestra gente? Me quedo con ganas de contarle que en Canarias también se ha solido explicar la Historia de nuestro país refiriéndonos a los ciclos de los monocultivos (azúcar, vino, cochinilla, tomate, papa, plátano,… ahora el turismo). Tampoco le cuento acerca de la particular herencia de la conquista española de las islas en cuanto al régimen de tenencia y explotación de un bien tan preciado como el agua: los famosos aguamangantes. Y es que ahora andan hablando por allá de “Tierra, Agua y Poder Político”. De su boca brotan sin cesar referentes clave para entender sus argumentos: Simón Bolívar y su Carta de Jamaica; el propio maestro del Libertador, Simón Rodríguez; Ezequiel Zamora, líder campesino; Sandino,… Tampoco para de recomendar libros: Los hombres de la yuca y el maíz, de Mario Sanoja, por ejemplo. Se despide citando palabras de su amigo Alí Gómez García, , descendiente de canarios, guerrillero venezolano caído en combate en Guatemala, tomadas de Falsas, maliciosas y escandalosas reflexiones de un ñángara. Me deja con la intuición ya confirmada de que el campo venezolano existe, que era mentira que Venezuela fuera sólo un país de renta petrolera y que la invisibilidad de los campesinos, sus conflictos y sus luchas -¡qué poco se sabe de la experiencia guerrillera venezolana!-, ha respondido a intereses de dominación que actualmente han quedado al descubierto. En cualquier caso, la noche estrellada nos sorprende tocando el cuatro y la guitarra, bebiendo algo de cocuy. El día siguiente me confirmará algunas de las cosas que les cuento.