Cuando uno dice que Canarias tiene prueba documental desde el siglo XIV de su hecho diferencial y que esto ha sido sostenido en el tiempo hasta la actualidad, suelen tomarlo por loco. Los derechos históricos son por lo visto cosas de pueblos con mayor “cachet”, catalanes, vascos, etc. Los canarios no somos merecedores al parecer de debates tan serios. Y sin embargo, la literatura al respecto es profusa y profunda. Un doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, José Carlos Gil Marín, se ha aplicado a la tarea de recopilar y editar dicha literatura con el fin de darla a conocer entre el público interesado. Codex Canariensis se llama la obra y el que esto escribe piensa tenerla en su biblioteca como una joya. A partir de ahora –y antes también- el que niegue la existencia de los derechos históricos de las islas sólo merecerá por respuesta la que daban nuestros magos: “¡Fuerte falta de ignorancia!”