A través de una lista de correos me llega la información del curso “Las aguas archipielágicas canarias y la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias”, de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo. Confieso que mi impresión inicial es muy positiva. La soberanía de un archipiélago también se defiende en el mar y todos sabemos que, en ese aspecto, Canarias no tiene un status precisamente cómodo. No les aburriré con el debate, que seguramente conocen, acerca de por qué las aguas entre las islas son internacionales. Lo que quería comentarles hoy era mi decepción cuando veo que en la nómina de temas y ponentes aparecen trufados asuntos como “El urbanismo y el litoral canario” o “Pasado, presente y futuro de las infraestructuras portuarias en Canarias”. Pareciera como si se quisiera vincular la cuestión de las competencias sobre las aguas canarias con determinados proyectos, ustedes ya saben cuáles. Milagro que no invitaron a nadie para hablar de “Desafíos y oportunidades de las prospecciones petrolíferas en el litoral canario” Demasiado descarado, esta vez. En fin, ¿no puede haber en Canarias intentos serios por comprender(nos)? ¿Todo tiene que tener doblez? ¿Siempre habrá alguien dispuesto a sacar tajada?