¿Se imaginan que España diseñara su política de relaciones con la UE conjuntamente con Canarias? ¿Que la posición común ante la UE se consensuara primero entre el estado y el archipiélago, de tú a tú? ¿Se imaginan ese nivel de relaciones Canarias-estado?
Pura fantasía, porque poner en pie de igualdad un estado con una simple comunidad autónoma es una bobería, me dirán. A parte de que España ya es uno de los estados más descentralizados del mundo, y por tanto acomoda mejor que otros los dispares intereses de sus comunidades. Cuántas veces no habré oído estos argumentos cuando digo que Canarias requiere un estatus verdaderamente especial y diferenciado tanto ante el estado como ante la UE. Pues bien, resulta que la realidad viene a desmentir esos supuestos argumentos.
La noticia saltaba la semana pasada: a partir de ahora Finlandia negociará su postura ante la UE con las islas Åland, de modo que esta postura consensuada sea aceptable tanto para el estado finlandés como para el archipiélago. El objetivo principal es que Åland cuente así con mayor capacidad de influencia en todos los asuntos comunitarios. Hay que decir que el archipiélago es sólo una de las 6 provincias de que consta la República de Finlandia. ¿Se imaginan que España, antes de hablar con la UE, negociara su postura con Canarias de modo que esta fuera aceptable para el estado y para los canarios por igual?
A nosotros nos sonará descabellado o ilusorio, pero esto en Finlandia, UE, es ya una realidad. Lo cual tampoco sorprende, si vemos la autonomía de que ya goza Åland dentro de su estado: bandera propia, zona desmilitarizada y exenta del servicio militar (condición nada gratuita, pues Finlandia cuenta con más de 1000 km de frontera con una potencia militar como Rusia, antes URSS, con la que tuvo dos contiendas en el siglo XX), restricciones al derecho de establecimiento, ejercicio profesional y adquisición de inmuebles para ciudadanos de otra región o nacionalidad (sin que ello entre en conflicto con el derecho comunitario, recordemos también el caso de Dinamarca), etc etc. Vamos, descentralización a la española.
Se da el caso, además, de que el Tratado de Lisboa tiene que ser ratificado por el parlamento de Åland, no basta con que lo ratificara el parlamento finlandés el otoño pasado. En España sin embargo la aprobación de algo tan básico como un simple estatuto de autonomía se convierte en una odisea, y casi una deslealtad para algunos. Otro caso de descentralización ejemplar.
¿Entonces es un sinsentido reclamar una revisión profunda de las relaciones Canarias-España? ¿Una reforma del encaje canario en el estado? Lo que es un sinsentido es meter la cabeza bajo el ala y hacer como si el problema no existiera, mientras nos damos golpes en el pecho proclamando nuestro españolismo y europeísmo a ultranza. Sobretodo porque los propios europeos están haciendo esfuerzos por acomodar mejor en la UE aquellos territorios con especificidades propias. ¿Se plantea el gobierno canario estos asuntos de calado tan hondo o sigue emperrado en milongas como el aislamiento, la lejanía y la ultraperificidad? ¿El gobierno español encarna y defiende verdaderamente los intereses de Canarias?