En el camino que va desde donde se aparcan los coches hasta Montaña Arena, un buen amigo me cuenta de los últimos movimientos políticos en las islas. Me habla de las dificultades reales para conseguir una mayoría alternativa en el Parlamento de Canarias. Según parece, a día de hoy, un candidato como Antonio Morales, alcalde de Agüimes por Nueva Canarias-Roque Aguayro, sería la única posibilidad de Nueva Canarias de entrar en el Parlamento en la isla de Gran Canaria, donde en la práctica únicamente existe dicha fuerza. Las gentes de Sí Se Puede en Tenerife, que previsiblemente crecerán, lo ven con muy buenos ojos, pero para apoyar una candidatura conjunta NC-SSP habrían “exigido” la retirada de Román Rodríguez del Cabildo. Tomado esto con muchísima prudencia, no parece una demanda muy realista. Román Rodríguez es a día de hoy el presidente “de facto” del Cabildo de Gran Canaria, ante el nulo perfil del Presidente “de iure”, el socialista José Miguel Pérez. La debilidad del PSOE en Gran Canaria cuando Juanfer no habite entre nosotros se hará aún más clara y manifiesta. El grupo socialista en el Ayuntamiento de Las Palmas trabaja firmemente en el objetivo de perder el máximo número de votos posible en la ciudad. En ese escenario, Nueva Canarias no va a tirar por la borda a su político más conocido en función de no se sabe muy bien qué pacto. Román Rodríguez no tiene la más mínima intención de abandonar el Cabildo y hace bien. Mi amigo me habla de un tripartito que incluiría al PSOE. No me lo creo, le digo. El PSOE no tiene mayor vocación con las organizaciones que están a su izquierda que merendárselas a poco que se descuiden y bien harían Nueva Canarias y Sí Se Puede en andarse con ojo. Claro que, en el hipotético caso de que una alianza NC-SSP lograra entrar en el Parlamento, esto tampoco sería suficiente para lograr una alternativa de gobierno diferente a la actual puesto que es previsible que dicha alianza creciera a costa de votantes del PSOE, lo cual haría que el número de votos/escaños no fuera muy diferente al presente. Hubiéramos seguido jugando un rato más a la política de ficción pero ya habíamos llegado a la playa y Montaña Arena se ofrecía hermosa, entera toda ella para el baño y el disfrute. Tiempo habrá en los próximos meses.