Ayer, en la entrada “Archipiélago atlántico”, orillaba deliberadamente el debate nominalista para centrarme, de una manera muy superficial todavía, en algunos aspectos del contenido de la propuesta de Coalición Canaria que hasta ahora conocemos por boca de José Miguel Ruano, especialmente aquellos aspectos ausentes de la misma. Sin embargo, hete aquí que hoy, al ir a preparar mi entrada, descubro que Nueva Canarias se me ha adelantado en mi intención de dedicar unas líneas al asunto del nombre y ha hecho pública una crítica a la denominación de “archipiélago atlántico”. Critican, básicamente, el hecho de que Coalición pierda una excelente oportunidad para denominar a Canarias como lo que es, una nación. Yo estoy de acuerdo, con matices. No creo que la denominación de “archipiélago atlántico” sea “exclusivamente geográfica”. Resuenan en la misma ecos de la «atlanticidad» de García Ramos. Sin embargo, sí pienso que definir a Canarias de otra manera es o ganas de enredar o ganas de seguir tratando a las islas como lo que no son: una comunidad autónoma española, europea, continental,… como Cantabria o Murcia o La Rioja. Canarias es otra cosa. Ahora bien, habiendo reconocido mi acuerdo –sin entusiasmos, no se confundan- con la declaración de Nueva Canarias, he de decir que me hubiera gustado haber leído los desacuerdos que pudieran existir en cuanto a los contenidos de la propuesta de Coalición por parte de Nueva Canarias. Sorprende una declaración pública que no aborde las diferencias de fondo. Tal vez es que éstas no existan. Y, lo que de verdad me gustaría saber es que piensan los socios de Nueva Canarias, los socialistas, sobre todo esto.