
Entre los días 6 y 9 de diciembre de este ya envejecido 2018, el Colectivo del Juego del Garrote Canario “La Revoliá” celebró sus jornadas de puertas abiertas denominadas “Un quite al olvido”, con los que celebró sus 30 años de andadura. Tras las sensaciones y vivencias experimentadas, nos gustaría compartir las reflexiones y valoraciones que nos produjo el encuentro, para tratar de extraer las enseñanzas que nos permitan ver el futuro con una mirada crítica en aras de la difusión del patrimonio canario.
No quisiéramos comenzar con las impresiones sin antes dedicar un buen puño de necesarias líneas y sincero agradecimiento a todas las personas, escuelas y colectivos del “Juego del palo canario tradicional“ que participaron en las jornadas dejándonos su sabiduría e impronta. También a quienes vinieron a acompañarnos o a interesarse por el evento.
Un evento donde quedó representado lo más puro de la transmisión directa de la tradición.
Extendemos nuestra gratitud particularmente al Doctor Ulises Castro Núñez, especialista en juegos y deportes tradicionales del Departamento de Educación Física de la U.L.P.G., que fue el encargado de inaugurar las jornadas.
También a toda la familia de la Escuela de Maestro Paquito Santana, de El Goro (Telde), descendientes directos y herederos de esta manifestación cultural en la isla de Gran Canaria. El Colectivo La Revoliá, le otorgó una distinción especial como máximos exponentes del garrote tradicional canario.
Distinción y agradecimiento al maestro de Salto del Pastor, D. Francisco Bonifacio García, de Tasarte, con 71 años de edad y socio honorifico de nuestro colectivo, desde el año 1991.
Distinción en homenaje póstumo, a la familia de a D. Manuel Guedes Rodríguez, al que estaremos eternamente agradecidos por sembrar la semilla que, aún en momentos de sequía, sobrevivió con el relente del amanecer.
Extendemos estos reconocimientos a La Escuela de Palo y Mano de D. Eduardo Oramas Alayón, representada por él mismo, acompañado por sus alumnos más inmediatos: Daniel Glez, Juan Carlos Delgado y José Toledo.
A La Escuela de Palo Los Morales, representada por Víctor y Andrés Morales Magyím, hijos y herederos de las enseñanzas del maestro D. Pedro Morales, acompañado por Nel Diaz y Crimeldo Ojeda, dos de los más veteranos jugadores del estilo Morales; una escuela que data de finales del XIX.
Damos las gracias al Colectivo Universitario del Palo Canario (CUPC), con D. Ángel González Torres al frente, alumno directo del maestro D. Tomás Déniz, que nos acompañó con un numeroso grupo de jugadores veteranos, como D. Alejandro Rodríguez y algunos noveles. Con casi cincuenta años dedicados a la recuperación, promoción y divulgación de los juegos tradicionales de palos.
El sábado nos acompañaron los jugadores del Colectivo de Palo Conejero La Era, llevados por D. David de los Reyes, alumno directo del Maestro D. Cristin Feo de León, creador del estilo de palo de Lanzarote.
A la Escuela de Juego del Garrote La Barranquera, de Telde, con jugadores formados por alumnos del Maestro D Francisco Santana. Con D. Rosendo Medina, toda una institución y con una activa promoción del Juego del garrote, en el municipio de Telde. Acompañado por varios de los jugadores más veteranos. Es una de las pocas escuelas que se mantienen en activo y que junto al Colectivo La Revoliá del Maestro D. Manuel Guedes quizás, de las más representativas del Juego del Garrote Tradicional.
Sin pasado no hay futuro. A modo de conclusión
Una vez hecho este “Quite al olvido” y recogidas la sabiduría y enseñanzas que nos dejan estas jornadas, desde el Colectivo La Revoliá nos gustaría hacer reflexionar y exponer nuestras consideraciones sobre el estado actual de la Juego del Palo Canario Tradicional:
Entendemos que disponemos de instituciones como el Gobierno de Canarias, Cabildo insular de Gran Canaria, o de las federaciones de Lucha del Garrote y de Juego de Palo Canario. Estamentos suficientes, con presupuestos anuales que deberían cumplir con las labores de investigación y difusión que garanticen, no solo la supervivencia del legado de nuestros antepasados, sino el acercamiento a la población de su acervo cultural. Esta premisa dificulta la compresión de situaciones que parecen ser contradictorias con tales razonamientos. ¿Como se explica que D. Eduardo Oramas y sus noventa y cinco años de historia, haya visitado Gran Canaria por primera vez en nuestras jornadas? ¿Nadie del gobierno, cabildo o federaciones conocía a Don Eduardo? ¿Lo conocían, pero no les pareció suficientemente importante lo que podría transmitir? ¿Lo conocía, les parecía importante pero la ineficacia, la apatía o la incompetencia de unos y otros les frenó tal idea? A unos y otros les señalan y les responsabiliza. ¿Qué grado de miopía puede estar sufriendo nuestra política institucional?
Que sea un pequeño colectivo, supervivientes gracias al empuje social y al quehacer de algunas personas, los que juntemos en Gran Canaria a lo más genuino y verdaderamente propio del Juego del palo canario, es cuando menos para preguntarse, ¿qué están haciendo las instituciones públicas y las federaciones? ¿A cuánta gente le ha llegado información de este patrimonio por esa vía? Háganselo mirar y observen donde se ponen los dineros públicos y para qué.
Creemos que es hora de fiscalizar a estos organismos y confirmar si realmente cumplen la función que se les encomienda.
¡Basta ya de colgarse medallas de color chocolate! que poco o nada aportan y mucho menos trascienden la sociedad. Si no somos capaces de tener altura de miras sobre nuestro acervo histórico, cultural y patrimonial y miramos para otro lado, nos convertiremos en una foto hermosa, en una sociedad que camina sin mirar al de al lado, sin reconocerse, sin identidad, esperando ser empujados de una bandera a otra, eligiendo la mejor de las etiquetas para la foto siguiente.
Hay que remover las conciencias., como dijo uno de los maestros, “a veces, las aguas más tranquilas son las más sucias”.
Estamos perdiendo una gran oportunidad de hacer “un quite al olvido”.
Apostamos por repensar las políticas públicas de esta parte de nuestro patrimonio y dar cabida a las estrategias colectivas que se hayan demostrado eficaces para la promoción, divulgación e integración de nuestras tradiciones en este recién estrenado siglo.
Es momento de felicitarnos, de agradecer, pero no podemos perder la perspectiva de adonde queremos ir y qué papel cumplen quienes manejan las leyes y los presupuestos.
* Artículo escrito por Miguel López Caballero socio fundador del Colectivo La Revoliá. El artículo fue remitido por correo electrónico por su autor para su publicación en Tamaimos.com.