
Aunque es mucho lo que queda por hacer en el nivel de la población, a pie de calle, creo que poco a poco se va abriendo paso una nueva concepción acerca de lo que deben ser las relaciones Canarias-África. No digo que no pueda haber ciertos intereses detrás de los que ahora defienden una mayor vinculación entre Canarias y su continente pero el que se viera la conveniencia de la normalización en este asunto era cuestión de tiempo. Canarias no puede vivir sin hablarse con sus vecinos o dirigiéndose a ellos exclusivamente para venderles los productos que acaba de importar de Europa. Debemos establecer ámbitos de intervención compartidos, bidireccionales, marcados por el interés mutuo, la solidaridad, la cooperación y el empeño en el desarrollo sostenible y socialmente justo. A mí me parece que de una intervención de este carácter sólo pueden venir consecuencias positivas.
El verano pasado, en agosto de 2013, el Instituto de Enfermedades Tropicales de Tenerife, vinculado a la Universidad de La Laguna, padecía una situación agónica, gracias a los recortes practicados por el Gobierno de España, con Mariano Rajoy no diremos que “al frente” pero por allí estaba. Tuvo que ser Senegal, nuestro vecino, quien con una subvención de 325.000 euros garantizara la supervivencia de la institución, lograda a través de una gestión del Cabildo de Tenerife. Hoy es Nigeria quien pide que se forme a su personal en la institución canaria con el fin de establecer un organismo similar en ese país. El Gobierno nigeriano está dispuesto a invertir fondos en el Instituto de Enfermedades Tropicales de Tenerife para poder desarrollar un laboratorio que se dedique a lo que a día de hoy en África es un gravísimo problema de salud pública. ¿Qué mejor que acudir a sus vecinos canarios para comenzar a resolver ese problema? ¿Para qué ir más lejos?
Ayer leía en la prensa canaria acerca de la iniciativa del candidato a las primarias socialistas, Gustavo Matos, de constituir un Erasmus África entre Canarias y el continente. Me parece una excelente idea. Ya estamos tardando. Canarias, a través de sus dos universidades, tiene unas condiciones excelentes para convertirse en base de estancia de universitarios africanos en busca de intercambio, conocimiento de otro sistema educativo, aprendizaje del español, etc. Canarias debe estar muy interesada en conocer de primera mano a esa generación de jóvenes africanos, formados, que algún día ocuparán puestos de importancia en sus países. Además, a los jóvenes canarios, se les daría la oportunidad de poder viajar a países africanos, estudiar allí durante un periodo, establecer relaciones personales,… Y todo esto de manera complementaria al programa Erasmus Europa. Los jóvenes canarios tendrían así una doble oportunidad de realizar estancias en el extranjero, redundando todo esto en la calidad de su formación, académica y humana. ¿Y por qué los canarios tendrían esta doble oportunidad? Precisamente por nuestra posición geográfica, que no es aislada, ni alejada, ni ultraperiférica,… ni ninguna de esas tonterías que la clase política nos intenta hacer creer. Al contrario, es privilegiada. Es una auténtica suerte estar a menos de una hora del continente africano y a menos de tres del continente europeo. No dejemos pasar más generaciones de jóvenes canarios sin aprovecharla.