
A este paso, los canarios vamos a terminar siendo casi expertos en el tema petrolero. Poquito a poco nos hemos ido enterando más y más -a pesar de los esfuerzos de algunos petroperiodistas- de qué va todo este asunto de las prospecciones. Empezaron diciéndonos que se crearían cincuenta y pico mil puestos de trabajo. Ayer mismo, veintitrés de julio, en la tertulia de Radio Club Tenerife, Javier Moro, Director de Exploración y Producción de Repsol, admitía que la incidencia de las prospecciones en la creación de empleo sería mínima y se limitaría a cuestiones como el catering y el mantenimiento. O sea que el puesto de la carrucha, apertura y cierre de la manguera en los parterres y confección de los sandwiches de atún y millo es lo que quedaría para los canarios. ¿O acaso se creían que iban a contratar los ingenieros en las universidades canarias?
También ha circulado mucho el guineo de que “si Marruecos saca petróleo, ¿cómo no lo va a sacar Ejpaña?”. Bien, hoy, día veinticuatro, La Provincia publica un ilustrador artículo de Julio Gutiérrez significativamente titulado “Repsol se la juega a un solo sondeo tras el fracaso de Marruecos en la mediana”. En el mismo, se detallan los múltiples fracasos de Repsol a la hora de buscar petróleo en sus aguas, más concretamente, a veinte kilómetros de los lugares donde Repsol pretende sondear en aguas canarias. Como consecuencia de las cada vez más improbables perspectivas de encontrar petróleo, la multinacional descarta ya el punto de sondeo más profundo, Zanahoria, quedándose con otros dos: Sandía y Chirimoya. De estos dos, sólo sondearía -si es que lo consigue, que no lo va a conseguir- en el primero de ellos. Si el resultado fuera negativo, como sucedió en seis ocasiones en el lado marroquí, Repsol no seguiría malgastando dinero en nuestras aguas y se retirarían.
Como ven, poco a poco, las mentiras de Soria y el Gobierno de España van quedando en evidencia. Ni los desayunos patrocinados pueden ya ocultar que se están cayendo con todo el equipo. Brufau ya no sabe qué hacer para quitarse a Soria de encima, un ministro que está logrando que las acciones de Repsol se hundan sin que haya habido ningún accidente. El descrédito de la compañía es total. ¡Con lo que se gasta una compañía del tamaño de Repsol en construir una buena imagen corporativa, en planes de Responsabilidad Social,…! Pero, es que, como dice el refranero, se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Ahora, eso sí: los 400 millones los queremos, Soria, no te olvides.