
No creo que haya muchos textos dedicados a ensalzar el acento cubano de Pablo Milanés, el acento argentino de Fito Páez o el acento español de Ana Belén. La naturalidad con que estos intérpretes se expresan en sus respectivas variedades de español hace que escribir sobre este asunto sea totalmente irrelevante. ¿O acaso ustedes se imaginan al cubano cantando con forzado acento gaditano o al argentino con acento puertorriqueño? ¿Y a Ana Belén con el deje típico de La Pampa? Entonces, ¿a qué dedicar unas líneas a la naturalidad del acento canario del grupo Efecto Pasillo? Pues simplemente, como en el negativo de una foto, para evidenciar todos aquellos solistas y grupos canarios que camuflan su acento porque parecen pensar que éste es una rémora para su carrera. No los nombraremos para no darles una publicidad que no merecen pero… ¡fuerte ridiculez más grande! ¡Qué espectáculo tan penoso mientras recorren la administración en busca de una subvención que les asegure una actuación entre más lejos mejor o tratan de presentar el último bolo en cualquier antro de Madrid como un gran triunfo artístico! Mientras tanto, Efecto Pasillo, con la total naturalidad de su acento canario conquista el mercado discográfico español y ya se dispone a presentarse en tierras americanas. Para ello van armados con su talento, su quehacer y con un arma infalible de alcance universal: su acento canario, tan cercano al español que mayoritariamente se habla en todo el mundo. Así de natural.